Documentos Técnicos
“CUANDO VIENE LA TORMENTA”, por Joan González
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- Publicado o Xoves, 04 Febreiro 2016 08:52
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Cuando las cosas no funcionan, no soy de los que se esconden. En mis redes sociales expongo los buenos y los malos momentos, por que la vida es eso. No se entiende una cosa sin la otra, el ying y el yang, donde todo está en movimiento constante, y donde el negro no es tan negro ni el blanco tan blanco.
Los entrenadores prevemos las tormentas. Los nubarrones con lluvia, el viento y el frío que se aproxima, los intuyes, aunque la naturaleza se impone y nunca puedes saber el alcance que tendrá en tu equipo y su repercusión.
Algunos amigos me llaman para darme ánimos y lo agradezco infinitamente, aunque los que entrenamos sabemos que las soluciones pasan básicamente por lo que tu puedes controlar, que es muy poco o mucho según se mire. Es cierto que en 29 años entrenando no había experimentado una situación similar. Y no estoy hablando de las crisis que muchos equipos tienen durante la temporada y que forman parte del camino que ha de recorrer un grupo diez meses. Estoy hablando de un conjunto de situaciones negativas en forma de lesiones, bajas etc., que se instalan como un nubarrón negro encima de tu equipo. Así es que te empiezas mojando y acabas empapado y sin nada para secarte, teniendo la percepción de estar instalado ahí, dando vueltas como una peonza, en un vaivén de sensaciones del que no consigues salir.
Así es que he pensado en mi amigo "Joan", un delegado que tuve y al que me une una buena amistad.
Joan, que tenía una empresa grande, me contaba que de tener a muchos trabajadores en su empresa, pasó a no tener ninguno y estar arruinado. Se quedo a "0". Peor aún. Con deudas. Cuando le pregunté como había salido de esta situación me dio una explicación, que entendí que es tener fe, que es sacar energía de donde no la hay. Me decía que un día llego a su empresa. Todo estaba desmantelado, no había ni una máquina, todo era un solar. Tan solo había un teléfono, unos cartones y alguna que otra herramienta. Imaginaros esta situación. Le pregunté que hizo al ver esta imagen. El me contesto: "Joan cuando estaba ahí en la empresa sonó el teléfono. Era una señora que quería que le arreglase una persiana, así que yo le dije que ahora mismo iba. Me hice una caja de con unos cartones, le puse dentro cuatro herramientas que quedaban por el solar (y cuatro era en sentido literal) y fui a arreglar la persiana de esa señora. Y seguí recuperándome hasta hoy". Sólo la imagen ya hace daño cuando la trasladas a la realidad.
Pensando en él, he visto que no todo depende de ti, pero lo que tú puedes hacer, lo que tú puedes aportar, lo que tú puedes controlar, debes hacerlo, debes intentarlo, debes vaciarte hasta el final.
No puedes pedirle a alguien que haga su trabajo, o sí puedes, pero la responsabilidad individual es de cada uno, puedes exigir trabajo, motivación y todo lo que tu creas, pero al final es la persona, el individuo como tal que debe ser consciente de que puede aportar ella, no solo para el grupo, sino por valor personal, por dignidad, por autoestima... Lo otro viene después.
Perder partidos no es una tragedia. No clasificarse no es una tragedia. Jugar mal no es una tragedia. Al fin y al cabo la competición deportiva si que no es previsible. Uno debe disfrutar del camino, encontrar motivación para el entrenamiento diario, la mejora constante. Si encuentras placer en eso, lo demás tiene una importancia relativa.
Hay que buscar el placer en lo que haces y no hacer algo para tener placer.
La tormenta ha llegado y parece que se ha instalado unos días; habrá que bailar con ella hasta que encuentre otra pareja.
Como dice mi hermano: El secreto de la serenidad es cooperar incondicionalmente con lo inevitable.
Joan González
Colaborador de Entrenandobásket
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"ENTRENA"
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- Publicado o Venres, 22 Xaneiro 2016 09:15
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Entrena. No lo hagas sólo por ser titular en el partido del fin de semana, o por acumular más minutos que aquel compañero con el que compartes posición. Que no sea una excusa para ponerte en forma, ni para no hacer otras labores que te apetezcan menos. Tampoco que sea la forma de estrenar esa nueva equipación del equipo de tus amores, ni siquiera busques como motivo el hecho de que no tenías nada mejor que hacer.
Entrena porque sólo así ayudarás de verdad a tu equipo. Hazlo porque cada día que compartes con tus compañeros esas sesiones de trabajo, antes de mejorar tú, que también, estás contribuyendo a que lo haga el grupo. Porque con tu esfuerzo ayudas a que los demás también se esfuercen, porque cuando defiendes fuerte obligas al resto a atacar con más fuerza, y cuando aumentas tu nivel ofensivo los demás tienen que "bajar el culo" para defender mejor.
Entrena porque es una deferencia con el resto de tus compañeros. Porque las ocupaciones diarias se terminan pero al final del día debes de, en la medida de tus posibilidades, guardar un hueco para ese entrenamiento. Porque formas parte de un equipo, porque todos te esperan, porque te has ganado después de un largo día de trabajo esa sesión. Porque no hay mayor satisfacción que la de practicar aquel deporte que te gusta, con el resto de tus compañeros. Porque merece la pena aunque sólo sea por las endorfinas, esa felicidad única que te ofrece el deporte.
Entrena porque ese horario de pista es tuyo, porque mereces aprovecharlo y porque no debes menospreciarlo. Otros equipos no entrenan porque en ese momento ocupas tú su espacio. Suda hasta la última gota, corre, ríe, esfuérzate hasta casi quedar sin aliento. No te preocupes, siempre habrá tiempo para volver a coger aire. Y al final de la sesión acabarás con una sonrisa, cansado, pero contento.
Entrena porque llegará el fin de semana y con él la competición. Y querrás ganar, porque va en nuestro ADN ser competitivos, y porque aunque sea un juego, siempre se prefieren las mieles de la victoria. Bastantes derrotas tiene ya en ocasiones la vida, así que mejor busquemos motivos para ser felices. Entrena porque lo poco o mucho que hayas hecho esa semana te servirá en el partido, porque tendrás más confianza y ayudarás más a tus compañeros. Trabaja el pasado para construir el futuro.
Entrena porque la constancia y el compromiso del entrenamiento dicen mucho de ti. Dirán que eres perseverante, que eres parte de un grupo, que piensas en los demás, que el colectivo está por encima de las individualidades y que eres alguien en quien confiar. Y eso bien merece un entrenamiento, ¿no?
Sin autor conocido...
"MAESTRÍA EN MEDIOCRIDAD", por XAVI GARCÍA
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- Publicado o Martes, 19 Xaneiro 2016 10:12
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(Escrito en Enero de 2011)
Hoy mi entrenamiento ha durado 10 minutos. He decidido terminarlo porque no quiero permitir que mis jugadores vean la mediocridad como un lugar donde "vivir". A cambio, he decidido dedicar el tiempo que tenia previsto para entrenar, a escribir desde "la trinchera" del baloncesto, la tierra de la infantería y la lucha cuerpo a cuerpo para abrirse camino, que es donde estamos la mayoría de mortales...
He aquí uno de los grandes límites con los que están creciendo nuestros jóvenes jugadores y entrenadores. La creencia de que "si te esfuerzas al máximo puedes estar satisfecho". Esa creencia está instalada porque frecuentemente el jugador no está predispuesto a dar ese máximo. Muchas veces el entrenador supera en motivación al jugador (es un punto que debes preguntarte YA en tu equipo. Eso no es ni bueno ni malo, es un simple diagnóstico). Tu llegas al entrenamiento con ilusión y con ideas para trabajar, para que mejoren..., y luego te encuentras con que primero has de "luchar" contra ellos para que "quieran entrenar de verdad"... Si nos dejamos llevar por esta circunstancia como entrenadores, llegaremos a dar por bueno ese nivel de esfuerzo máximo... Si lo conseguimos!
Mi opinión es que, en realidad, dicho límite (esfuerzo máximo) debería ser el inferior, no el superior. Es decir, desde dar el máximo es posible crecer en calidad. El entrenador no debe hacer de "policía" por sistema, en el sentido de velar por la intensidad, esfuerzo, etc..., sino que entonces puede hacer de entrenador realmente.
Para todo esta problemática es clave el aspecto mental. Ahí es donde debemos crecer los entrenadores! Es un terreno donde explorar tanto! Ahora quiero ofreceros unas pinceladas sobre liderarse a sí mismo en este terreno de trinchera...
La pregunta es: ¿realmente disfrutamos como entrenadores en esa contradicción y esa lucha? Muchas veces en esa lucha el jugador desarrolla una habilidad para quedarse a medio camino, ni es merecedor de ser expulsado, castigado, ni realmente se implica de verdad, simplemente está ahí, desarrollando lo que yo le llamo la maestria en la mediocridad; es decir hace lo justo para "sobrevivir" en su entorno, en lugar de buscar la excelencia (¿para qué?). ¿Queremos ser arrastrados a ese campo? Yo no. Es necesario entonces rediseñar estrategias, cambiar objetivos, no rendirse, hacer lo que sea necesario, no para cambiarles a ellos, sino para no ser arrastrado. Esa es la elección. Es seguir experimentando, formándote, pensando cómo mejorar esa realidad! Si tú aspiras a ser mejor entrenador no puedes depender de otros! Aprovecha las dificultades para buscar oporunidades de cambio, de mejora. Sé creativo, arriesgate, falla, acierta, prueba, vive como entrenador!
La forma en que hacemos las pequeñas cosas, marca la forma en que hacemos todas las cosas. Si un jugador (que se supone que entrena porque le gusta!) no está dispuesto a dar el máximo en un entreno, como va afrontará las dificultades y retos de la vida? Hay que hacerles ver esto. Yo siempre intento extrapolar lo que pasa en el baloncesto con las vidas de los chicos. Todo lo que haces tiene consecuencias. Si en la vida juegas a ser mediocre, a solo dar el máximo cuando estás amenazado por algo, nunca vas a ser lo que podrías ser. Hay que hacerles ver que el basket es una oportunidad para aprender sobre ellos mismos y para aprender sobre lo que realmente quieren en la vida. Que entiendan eso es más importante que ganar un partido o hacer un entreno "porque está programado". Si no estás preparado para entrenar no entrenas, si no estás preparado para un examen no apruebas. ¿Qué quieres en la vida, un 5, un 6 un 7..., un 10? Date cuenta de que como entrenas hoy da respuesta a esa nota. No te engañes. Es así.
¿Como motivar a los jugadores? Es una pregunta trampa. La motivación proviene del interior, básicamente de tres ámbitos: Quien soy, a qué pertenezco y en quien me quiero convertir. EL entrenador puede (y debe) utilizar herramientas y técnicas para conectar al jugador con estos tres ámbitos. Por ejemplo, reforzar el concepto de equipo para incidir en la pertenencia, o dar un refuerzo positivo para incidir en el "quien soy". O por ejemplo escribir este artículo para tocar al jugador y al entrenador para que reflexionen "en quien me estoy convirtiendo". Pero la responsabilidad última sobre la motivación es de uno mismo.
Así pues, no confundamos motivar con conseguir que el jugador llegue al mínimo (es decir, al esfuerzo máximo). No hay medias tintas. Si los actos del jugador demuestran que se quiere converir en mediocre, muestraselo, y a ver qué quiere hacer con ello! Te puedes encontrar con que este simple hecho les haga cambiar de objetivo..., o no. Pero no te permitas estar en la mediocridad (a menos que eso sea lo que quieres).
"Todos los días la vida te ofrece oportunidades. Tu destino quedará finalmente definido por como respondas a ellas" (R. Sharma).
Xavi García
Entrenador Superior de Baloncesto
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CARTA DE UN NIÑO A SU PADRE
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- Publicado o Sábado, 03 Outubro 2015 09:42
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PAPÁ... ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?
No sé como decírtelo. Seguramente crees que lo estás haciendo por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal.
Me regalaste un balón cuando apenas empezaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo.
Me gustaba entrenar durante toda la semana, bromear con los compañeros y jugar el domingo como lo hacen los equipos grandes.
Pero cuando vas a los partidos..., no sé. Ya no es como antes.
Ahora no me das una palmada cuando termina el partido, ni me invitas a un bocata. Vas a la grada pensando que todos son enemigos; insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres...
¿Por qué has cambiado? Creo que sufres y no lo entiendo....
Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale ganar.
Ese entrenador del que dices que es un inepto es mi amigo, el que me enseñó a divertirme jugando.
El chaval que el otro día salió en mi puesto, ¿te acuerdas?, sí, hombre, aquel a quien estuviste toda la tarde criticando porque "no sirve ni para llevarte la bolsa" como tú dices.
Ese chico está en mi clase. Cuando lo vi el lunes, me dio vergüenza.
No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo la suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y a ganar cientos de millones, como tú quieres.
Me agobias.
Hasta he pensado en dejarlo; pero me gusta tanto...
PAPÁ, POR FAVOR, NO ME OBLIGUES A DECIRTE QUE NO QUIERO QUE VENGAS MÁS A VERME JUGAR.
Autor: anónimo
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Artículo en PDF: "PAPÁ... ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?"
Enlace relacionado: 6 contra 6.
VENDAR TOBILLOS
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- Publicado o Venres, 06 Febreiro 2015 10:39
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Es habitual ver en baloncesto torceduras, golpes y lesiones relacionadas con las articulaciones producto de pisotones, malas caídas e infortunio...
Quizás son los tobillos los que más sufren... Tras una lesión, al final de su recuperación, cuando ya está listo para volver a empezar la actividad, algunos médicos, físios y otros especialistas recomiendan que, por precaución, se vende para generar mayor estabilidad, sobre todo en las primeras sesiones.
Adjuntamos un pdf que ilustra la manera de hacer un vendaje funcional.
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